Las políticas públicas dedicadas al cumplimiento de la sostenibilidad tienen que ser más exigentes o no serán efectivas. La defensora del clima Greta Thunberg, tenía razón en Milán junto con otros 50.000 jóvenes exigiendo acción y afirmando que están cansados “del bla-bla-bla de los políticos”. Bajo la pancarta con el lema de “El clima cambia, el sistema no”, los manifestantes demandaron que el cambio se necesita con urgencia.

Entre las 400 propuestas que van a presentar para la cumbre del clima COP26 que se celebrará en Glasgow, hicieron un llamamiento al cambio del sistema denunciando el consumismo sin responsabilidad. Además, solicitaron la integración de los países del Sur y los emergentes en este cambio, las principales víctimas del cambio climático.

Dos tercios de los países no han incorporado medidas para mitigar el cambio climático

Estas reflexiones y reivindicaciones llegan con una investigación que confirma que los compromisos y las palabras de los políticos no son suficientes y que dos tercios de los países, como apunta el análisis realizado por la Coalición por la Economía Verde, no han incorporado cambios que promuevan una recuperación sostenible tras la pandemia.

España, Francia y Suecia lideran la recuperación verde con proyectos que impulsan la descarbonización. Estos países dedican al menos un 40% en inversiones verdes, atendiendo también a la generación de empleo sostenible. Aun así, estas medidas tendrían un mayor impacto poniendo el foco en el problema global que provoca el estado de emergencia climática con soluciones globales a corto, medio y largo plazo. Con el desarrollo de proyectos individuales, apenas interconectados que resuelven el roto de bajar las emisiones, se olvidan del gran descosido que exige un cambio estructural urgente “para proteger y restaurar la naturaleza”, como indica la Coalición de Economía Verde.

Esto genera que los planes de reconversión que se aplican hacia una economía verde , tengan un menor efecto si en algunos países con ingresos altos, como Australia o Japón no se movilizan. Que Perú, Indonesia, Botswana, Malasia y Brasil, con una gran biodiversidad, ni siquiera lo mencionen, como apunta este estudio, tampoco beneficia a mejorar el planeta ni la salud de las siguientes generaciones.

Justicia ecosocial

Como señala Andrew Norton, director del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo y cofundador de la Economía Verde “necesitamos priorizar las políticas económicas verdes en todos los ámbitos y, cuando se trata de países de bajos ingresos, necesitarán apoyo financiero para hacerlo”. Además, destaca que “la justicia exige que quienes menos han hecho para causar la crisis climática reciban la ayuda que necesitan para participar en la solución”. Solo así se logrará alcanzar un modelo energético verde, justo e inclusivo.

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