La Vanguardia Natural publicó recientemente un artículo en el que Mikel González-Eguino, investigador en el BC3 – Basque Centre for Climate Change, aboga por la necesidad de la fiscalidad en favor del medio ambiente.

En el texto cuenta cómo mientras algunos de nuestros vecinos de Europa vienen impulsando reformas fiscales ambientales desde los 80, logrando además el progreso económico y social, en nuestro país este tipo de medidas no acaban de calar.

Sin embargo, el autor se muestra esperanzado con la reducción del tratamiento fiscal favorable al diésel que introduce el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2021. Pero recuerda que “si se confirma esta subida, el impuesto se situaría en 41,7 céntimos, todavía por debajo de la media de la Eurozona (44,6) y muy alejado de países vecinos como Portugal (51) o Francia (61)”.

No obstante, el texto también recoge la oposición de varios grupos políticos aludiendo a que la medida “afectará negativamente a las empresas y dañará a las clases trabajadoras”. Algo que el autor contrargumenta debido a que:

  • la Comisión Europea financiará parte del fondo de recuperación con nuevos impuestos ambientales para así alinearlo con el Pacto Verde Europeo.
  • el impuesto tendría efectos sobre aquellas empresas que intentan impulsar nuevas formas de movilidad.
  • la posibilidad de que los impuestos sobre los carburantes sean regresivos en España es pequeña, aunque “el Gobierno podría destinar a los hogares más vulnerables una parte importante de las ayudas para la sustitución de vehículos”.
  • el alcance de esta medida es relativamente modesto teniendo en cuenta la brecha impositiva actual respecto a Europa.

Ver el artículo completo publicado en La Vanguardia.

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